Las palabras son contenedores de poder. Tienen poder para crear o destruir. Pueden demoler o construir, animar o desanimar. No es aceptable delante de Dios cuando usamos nuestra boca para hacer daño o destruir.
Las palabras bien elegidas pueden cambiar nuestra vida. Piénsalo, podemos usar nuestra boca y el poder de las palabras para sanar relaciones o destruirlas.
Las palabras adecuadas pueden afectar nuestro futuro de una manera positiva. Podemos encontrar lo que dice la Palabra de Dios acerca de sus promesas y el futuro de nosotros como creyentes; entonces profetizaremos acerca de nuestro futuro. Podemos empezar a “llamar las cosas que no son, como si fuesen” (Romanos 4.17). Tomar palabras de fe y alcanzar el reino espiritual para traer de la bodega de Dios la manifestación de las cosas que Él ha prometido.
Sabemos que las palabras pueden ser usadas adecuadamente o no. Nuestra boca debe pertenecer al Señor, y debemos ser disciplinados con lo que sale de ella. Debemos hablar sus palabras y usar nuestros labios para comunicar su mensaje.
Que tus palabras sean un instrumento para animar y no para desanimar.
Ora de esta manera si sientes que esta predicación ha hablado a tu vida:
“Señor, que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean gratas delante de ti. En el nombre de Jesús ¡amén!”
No olvides visitar nuestra seccion de Predicaciones y Sermones.
3 comentarios:
El poder de las palabras. Muy buena reflexión.
Excelente..
muy buena meditacion de la abundancia del corazon habla la boca
Publicar un comentario